A
mediados de los años 90 comenzó a valorarse el posicionamiento y visibilidad de
los sitios web en los buscadores -principalmente por su importancia comercial y
de marketing- creando una oportunidad para usuarios de internet que comenzaron
a especializarse en técnicas de optimización de motores de búsqueda, SEO por su
título en inglés (Search Engine Optimization), considerando que ocupar los
primeros puestos en las páginas de resultados puede ser crucial para un sitio
web.
Este
proceso consiste en mejorar la visibilidad de un sitio web en los resultados de
los diferentes buscadores, y aunque también es común llamarlo posicionamiento
web, este término no resulta tan preciso ya que engloba otras fuentes de
tráfico fuera de los motores de búsqueda.
En el
caso del posicionamiento natural u orgánico el objetivo es aparecer en las
posiciones más altas posibles de los resultados de búsqueda para una o varias
palabras concretas, lo que supone optimizar la estructura de una web y su contenido
aumentando la notoriedad de la web, debido al aumento de menciones, lo que en
sitios comerciales se traduce en pagos y ha dado lugar a otra arista denominada
Marketing en Motores de Búsqueda, más conocida por sus siglas inglesas, SEM
(Search Engine Marketing).
Siguiendo
con estas siglas de tres letras, más recientemente ha surgido la Optimización
de Medios Sociales o en inglés Social Media Optimization (SMO), haciendo referencia
a la estrategia llevada a cabo para posicionarse como empresa, institución o
persona en las redes sociales, generalmente con una finalidad publicitaria o
comercial, tarea que generalmente está en manos del administrador de redes
sociales, conocido en inglés como el Community Manager.
¿Y a dónde
llegamos con todo esto? A que cada día existe una mayor cantidad de fuentes de
datos, pero al mismo tiempo se desarrollan nuevas fuentes digitales que
permiten su monitoreo en tiempo real a través de instrumentos, sensores y transacciones
de internet, lo que impulsa un nuevo sector
denominado Big Data: y ¿por qué el BIG? Porque según estadísticas de IBM, el
90% de los datos que circulan en el mundo digital actualmente se generaron en
los últimos dos años y cada día se crean 2.5 quintillones de bytes de datos,
cifra en aumento debido al dinamismo de este sector del conocimiento que se
modifica en cada segundo.
¿Más
cifras? Los más de mil millones de usuarios de Facebook registrados generan más
de 1.500 actualizaciones de estado por segundo. La plataforma de comercio eBay actualiza constantemente los datos de más de 100 millones de usuarios
activos, diferenciando claramente sus perfiles como compradores.
¿Y
quién rompe el récord en el manejo de datos? El laboratorio LHC (Large Hadron
Collider) que posee el acelerador de partículas más grande del mundo, ubicado
en la frontera de Francia con Suiza, donde según la cultura popular se busca la
"partícula de Dios". En sólo tres años de funcionamiento han
acumulado 100 petaflops de datos flotantes (100.000.000.000.000.000 de operaciones
por segundo), como dicha cifra es impronunciable, podríamos decir que es más o
menos equivalente a unos 700 años de película HD de alta calidad.
Finalmente,
la pregunta práctica es ¿Qué tipo de supercomputador será capaz de manejar
estas gigantescas cantidades de datos que se modifican constantemente? La Cray
Titan, creada por la firma Cray Inc. la que se encuentra operacional desde octubre
de 2012.4 5 Se espera que supere la capacidad de 20 petaflops, aunque hasta
ahora se ha mantenido en una velocidad real de 17,59 petaflops, siendo la
supercomputadora más rápida del mundo, compuesta por un sistema híbrido que
consta de un total de 560.640 procesadores, de los cuales 299.008 son AMD
Opteron 6274 de 16 núcleos y los otros 261.232 restantes son procesadores
gráficos NVIDIA Tesla K20x. Además incluye 10.000 discos rígidos de 1 terrabyte
y 7200 rpm, con una velocidad de transferencia de 240 GB/segundo.
Sin
lugar a dudas, con todos los datos que circulan en nuestro mundo digital, desde
estas supercomputadoras podremos en algún momento sustraer lo que el psiquiatra
suizo Carl Gustav Jung denominó nuestro "inconsciente colectivo", un
sustrato común a todos los seres humanos de todos los tiempos y lugares del
mundo, algo que aún está más allá de la razón.
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