Lo que se inició en 2004 como una red de comunicación interna para los alumnos de Harvard, suma actualmente más de 1.000 millones de usuarios a nivel mundial: si Facebook fuera un país, tendría más habitantes que Estados Unidos (300 millones) y sólo estaría por debajo de China (1.300 millones) e India (1.160 millones).
Además, convirtió a su creador -Mark Zuckerberg- quien aún no cumple 30 años, en poseedor de una fortuna que a la fecha se calcula en 13.300 millones de dólares.
En Chile, existen en la actualidad alrededor de 10 millones de usuarios de Facebook, lo que significa una penetración de más de un 60%; cifra muy alta en comparación con otros países como Perú, que cuenta con 8.6 millones de miembros, concentrando la mayor parte de sus usuarios entre personas de 18 a 25 años.
Un dato curioso y único en el mundo, es que a fines de 2011, Chile tenía más usuarios de Facebook (117%) que usuarios de internet. Es decir, que un 17% de chilenos en Facebook se las ingeniaban para acceder a la red social, pese a no tener una conexión a Internet en sus hogares o trabajos.
Más allá de las interacciones coloquiales entre familiares y amigos, en la actualidad Facebook reporta importantes ventajas para las empresas: interacción con el cliente, posicionamiento de marca, información y publicidad, posicionamiento y tráfico hacia el sitio web de la empresa e incluso puede convertirse en un canal de venta, idea que aún está en pañales, por lo menos en los países latinoamericanos.
Para optimizar la experiencia en el uso de Facebook existen diversos perfiles que se pueden utilizar según nuestras necesidades.
1. Página. Utilizada por empresas, personalidades y organizaciones, son públicas y no tienen límite de seguidores.
2. Grupos. Agrupan a usuarios con intereses similares, pueden ser públicos o privados, permiten conseguir muchos usuarios en poco tiempo pero tienen un límite de 5.000 seguidores.
Asimismo, además de los perfiles existen aplicaciones específicas para administrar fotos, enlaces, eventos, notas y videos, entre otras.
Luego de crear la página o grupo comienza la generación de contenido, lo que nos hará visibles ante nuestro público digital. La forma más básica de crear contenido es a través del "muro", donde compartiremos estados, fotos, enlaces, videos, preguntas, lugares, etcétera, para luego recibir los ansiados "me gusta", "compartir" u otras formas de retroalimentación con nuestros contactos.
Cuando ya nos acostumbremos a crear contenido de manera regular para alimentar nuestra página o grupo de Facebook, podremos utilizar las aplicaciones para conectar nuestro perfil con otras de las redes sociales que utilizamos: twitter, nuestro blog a través de RSS, youtube, Linkedin, flickr y slideshare.
Y siguiendo con la evolución, como usuarios experimentados de Facebook podremos crear tiendas virtuales e implementar campañas de publicidad pagadas.
Considerando todos estos elementos podemos iniciar un plan de acción para difundir nuestra profesión, nuestra institución o nuestra empresa, sin olvidar jamás que el principal objetivo de Facebook es la creación de comunidades, donde se debe aprender a escuchar, solucionar problemas y generar confianza.
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